Hace unos 65 años Colombia se encontraba en su
fulgor, estaba en un momento de lujuria ante el candidato liberal Gaitán, se
hablaba por aquí y por allá de aquel sentimiento de esperanza que este
había infundido en el pueblo. Paralelamente las guerras que había entre
liberales y conservadores en donde el terror se anunciaba por todos los medios
que existían en el momento, instantes en los que salir a la calle era un
espanto. Curiosamente en ese mismo Gaitán en medio de sus discursos lanza una
frase profética: "Ninguna mano del pueblo se levantará contra mí y la
oligarquía no me mata, porque sabe que si lo hace el país se vuelca y las aguas
demorarán cincuenta años en regresar a su nivel normal." Que se cumplió al
matarlo en 1948. Su muerte creó un desequilibrio en el pueblo empezando la
época más conocida como “La violencia”, en donde se expresaba un aliento de
desesperanza, en donde las ovejas corrían por doquier al no encontrar un pastor
a quien seguir.
Hoy en día seguimos viendo las secuelas que dejó
este gran impacto en nuestra patria. Las injusticias, matanzas, secuestros,
robos, entre otros, ya se volvieron cotidianos en Colombia. Un país en donde
habita la corrupción, en el cual desde hace tiempo no se sabe quien tiene el
poder y el pueblo ha entrado en un estado de pasividad. Así pues, ¿porque no
comenzar por actuar como un pueblo y dejar a atrás nuestras diferencias?, aun
hay tiempo para cambiar, se sabe que no va a ser instantáneo como se desea pero
es posible, ¿Por qué no intentarlo? ¿Qué estamos esperando?
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